Cuanto mayor sea la temperatura utilizada durante el teñido, mejor será el color. Sin embargo, los fabricantes de ropa y tejidos recomiendan temperaturas bajas para el lavado. Materiales como la lana, el algodón y el lino suelen teñir bien a temperaturas más altas. La mayoría de las mezclas de lana, por ejemplo, tiñen perfectamente a temperaturas de 90/100 °C. El afieltrado se produce principalmente por cambios bruscos de temperatura. Para la lana, es importante calentar y enfriar lentamente. El algodón también suele teñirse a 50 o 60 °C, o a veces incluso a 90 °C. Es posible teñir a temperaturas inferiores a 40 °C, o incluso a 0 °C, pero es aconsejable experimentar primero con muestras pequeñas para evitar decepciones térmicas o frotamientos repetidos. Si se calienta y enfría gradualmente, la lana puede soportar altas temperaturas. En Internet hay mucha información sobre el teñido de distintos materiales. Por tu cuenta y riesgo, experimentar con la temperatura del agua puede dar excelentes resultados.